15/11/2018 - INDIGNACIÓN, NO ENFADO.



Hoy he vuelto a impartir clase de Lengua a los alumnos de 6ºB como prometí ayer. La única diferencia a parte del temario, ha sido la ausencia del profesor de lengua por motivos personales. En su lugar ha venido otra profesora que además es la coordinadora de prácticas. Al no estar su profesor de lengua, los alumnos hoy se han descontrolado un poco más, y han estado más habladores, pero he sabido ponerme seria, y con ayuda de la profesora presente he conseguido que se comportasen un poco mejor. Hoy di con ellos el tiempo, modo, la persona y el número en los verbos. Dediqué además el final de la clase a que repasaran los tiempos verbales, pues mañana tienen examen. Afortunadamente la mayoría se los saben y contestaban ágilmente a mis preguntas ( hice un juego a modo de competición).
A parte de lo mencionado anteriormente, en la clase de matemáticas, mientras hacían ejercicios, pude pasar por las mesas y ayudar a los alumnos que parecían mostrar más dificultad (estaban dando la descomposición factorial). Conseguí que estos alumnos con más dificultades pudiesen entender mejor el tema. También les ayudé a resolver dudas.
He aprendido que el maestro también es actor, pues hay momentos en los que tiene que "enfadarse"  o más bien "indignarse",  para conseguir que los alumnos no se dispersen y se tomen enserio las clases. Pero como bien he dicho esto debe ser pura actuación. Si nos enfadamos de verdad perdemos los papeles y nos amargamos a nosotros y al resto.



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