08/11/2018- ¡La primera clase de mi vida!



Hoy he tenido la magnífica oportunidad de dar mi primera clase. Ha sido una clase de lengua improvisada a alumnos de 4º, en concreto de 4º B. Su organización era como la de todas las clases descritas con anterioridad (grupos de 4 o 5 personas). Entre los alumnos había dos niños con Altas Capacidades.
La clase que impartí era de Lengua y en ella tuve explicarles lo que son las palabras llanas (cosa que ya habían dado en 3º pero que tenían que repasar ahora en 4º). La clase fue improvisada totalmente, y seguí la metodología que el maestro había llevado a cabo en la hora anterior, repasando conocimientos previos relacionados con el tema, como por ejemplo: la sílaba tónica, o la acentuación de las palabras agudas. Posteriormente les hice copiar un pequeño esquema o tabla que yo había elaborado en la pizarra sobre las reglas de acentuación de las palabras agudas y llanas. Después utilice la pizarra interactiva para hacer un juego con ellos y asegurarme de que habían comprendido lo que eran las palabras llanas y cuándo se acentuaban. Por último les mandé hacer dos ejercicios, recomendados por el profesor, que acabaron en clase.




Luego dieron clase de inglés con una profesora nativa. Posteriormente dieron clase de matemáticas y utilizaron un recurso que me pareció muy curioso al que llamaban Pizarra Mágica. Esta “pizarra” era un folio metido en una fundita transparente con una tabla vacía con las unidades de medida. Los alumnos escribían sobre la funda en rotulador, y luego borraban con el dedo o un trapito. La tabla resultaba muy útil para pasar de unas unidades de medida a otras.
Después del recreo tuvieron clase de religión. He de decir que esta clase fue fabulosa, en ella pude apreciar la labor tan importante del docente como juez que se sustenta en las leyes escritas por los valores morales universales que afloran en la conciencia. Realmente esta clase fue como presenciar un juicio en toda regla, pues aprovechó la misma la maestra presente, para solucionar un conflicto entre los alumnos que tuvo lugar en el recreo. Aprovechó la misma para mostrar la importancia de los valores morales, del no mentir, de reconocer los errores, de perdonar, y de usar la libertad adecuadamente. Todo ello bajo el pretexto de que el tema tratado era la desobediencia de Adán y Eva, el perdón de Dios, y el don de la Libertad, que se mostraba en el temario como el mayor regalo que Dios ha hecho al ser humano.

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